Miguel Delibes Setién
Miguel Delibes Setién. (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - Valladolid, 12 de marzo de 2010). Novelista español. Doctor en Derecho y catedrático de Historia del Comercio; periodista y, durante años, director del diario El Norte de Castilla.
Su sostenida labor como novelista se inicia dentro de una concepción tradicional con La sombra del ciprés es alargada, que obtiene el Premio Nadal en 1948.
Publica posteriormente Aún es de día (1949), El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La hoja roja (1959) y Las ratas (1962), entre otras obras. En 1966 publica Cinco horas con Mario y en 1975 Las guerras de nuestros antepasados; ambas son adaptadas al teatro en 1979 y 1990, respectivamente. Los santos inocentes ve la luz en 1981 (y es posteriormente llevada al cine por Mario Camus); más adelante publica Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras.
Su producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. Su visión crítica aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera.
Entre las características de su obra destacan la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.
Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta, El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972). En 1998 publica El hereje, su última obra y, según un amplio sector de la crítica, la más importante.
Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, obtiene a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), entre otros.
Recibiendo el Premio Cervantes en 1993 de manos de Su Majestad el Rey Juan Carlos I. (Fuente: Hemeroteca Público)
SEMBLANZA DE MIGUEL DELIBES
(Declaraciones en primera persona, testimonios que expresan una manera de ser, de pensar y de vivir)
[…] “Le cogí el tranquillo y perdí el miedo en menos de un cuarto de hora. Pero, de pronto, se levantó ante mí el fantasma del futuro, la incógnita del <<¿qué ocurrirá mañana?>>, que había enturbiado los momentos más felices de mi vida. Al pasar ante mi padre se lo hice saber en uno de nuestros entrecortados diálogos.
-¿Qué hago luego para bajarme?”
[…]”Lo que yo he hecho y sigo haciendo es andar, bien entre calles, por carreteras, por senderos, a campo traviesa, cuesta arriba o cuesta abajo, pero, en cualquier caso, andar. Me parece que fue González Ruano el que habló de la alegría de andar, alegría que yo he experimentado y experimento cada vez que muevo las tabas.
[…]Pero, de ordinario, a mí me encanta pasear; la alegría de andar, de Ruano, se convierte en júbilo en mi caso….Contemplar al tiempo que ando, el mundo en que vivo”.
(De Mi vida al aire libre)
“Mi padre fue un hombre que se casó tarde…Yo era el tercero de ocho hermanos. Sin embargo, no me planteaba el problema económico, aunque mi padre era el único sostén de mi familia, sino el amargo problema del desasimiento: el dejar o ser dejado…”
“Mis personajes son, en buena parte, mi biografía. Pasé la vida disfrazándome de otros […] Un hombre, un paisaje y una pasión”.
[…] “El novelista auténtico tiene dentro de sí no un personaje, sino cientos de personajes. De aquí que lo primero que el novelista debe observar es su interior.”
“Desde que empecé a escribir, me ha movido una obsesión antiprogreso no porque la máquina me parezca mala en sí, sino por el lugar en que la hemos colocado con respecto al hombre […] El hombre, nos guste o no, tiene sus raíces en la naturaleza y al desarraigarlo con el señuelo de la técnica, lo hemos despojado de su esencia.”
Obras
Narrativa
“Mi padre era un hombre que con cualquier motivo buscaba el contacto con el campo […] Tenía un concepto muy particular: la naturaleza era la vida y era preciso conservarla y disfrutarla”.
[…] “Temblando, enderecé la bicicleta. Mi padre me ayudó a encaramarme en el sillín, pero no corrió tras de mí. Sencillamente me dio un empujón y voceó cuando me alejaba:
-Mira siempre hacia adelante; nunca mires a la rueda.
Yo salí pedaleando como si hubiera nacido con una bicicleta entre las piernas”.
“Desde la fecha de mi elección a la de ingreso en esta Academia me ha ocurrido algo importante, seguramente lo más importante que podría haberme ocurrido en mi vida: la muerte de Ángeles, mi mujer, a la que un día, hace ya casi veinte años califiqué como <<mi equilibrio>>[…] "Soy pues, consciente de que con su desaparición ha muerto la mejor mitad de mí mismo.”
[...]"Saber mirar para no perder nunca la capacidad de sorprenderse, un viaje exige una mirada virgen, una conciencia sin deformar".
[…] “Yo sé lo que no soy: un intelectual. Pontificar sobre lo que es o no es la literatura me abruma. Y, por otra parte, no me corresponde”.
[…]“En El camino me despojé por primera vez de lo postizo y salí a cuerpo limpio…ser fiel a uno mismo, escribir como se es.”
(Del prólogo de El camino. Ed. Destino, 2010)
[…]”Yo manejo hombres y cosas, no ideas, con lo que para mí la novela sigue siendo un intento de exploración del corazón humano y me resisto a considerar al hombre como un objeto más.”