El día 24, la familia Avellano celebraba su reunión veraniega, según su costumbre, desde hace unos años.
Eligieron comenzar el día haciendo la Ruta. La mañana discurrió con mucha armonía y una sensación grande de “estar a gusto”, estaban felices.
Recorrimos los lugares, las páginas, “los caminos” por donde suceden los hechos y las anécdotas de El camino, con la sorpresa final de los dibujos de D. Miguel, algo que ellos no esperaban.
Estuvimos casi cuatro horas y media, deliciosas y llenas de interés por parte del grupo, encantador y disciplinado.
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